Tesis:
Con esta nueva sensación sobre la espalda, me acuerdo de ese día, en la casa de F., en que una tía, en pleno asado, repetía de vez en cuando: “no hay que tirar toda la carne a la parrilla. Nunca.” No sé por qué esa señora me cayó bien de entrada. Hoy a la mañana, después de leer ese mail, me atacó una angustia horrible y me acordé nuevamente de aquella frase. Y pensé. Y pensé. ¿Hasta qué punto hay que dar? Y la verdad, no llegué a nada. Me parece que, por más que cueste, you must talk.
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